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Comisión de Normas Sanitarias para los Animales Terrestres de la OIE / Febrero 2010
Anexo XL (cont.)
Anexo III (cont.)
g) dieron resultado satisfactorio en las inspecciones ante mortem y post mortem a las que fueron sometidos
24 horas antes y 24 horas después del sacrificio para descartar la presencia de fiebre aftosa;
2. de canales deshuesadas:
a) de las que se retiraron los principales ganglios linfáticos;
b) que fueron sometidas, antes de ser deshuesadas, a un proceso de maduración, a una temperatura superior a
+2°C durante un período mínimo de 24 horas después del sacrificio, y en las que el pH de la carne, medido
en el centro del músculo longissimus dorsi en cada mitad de canal, era inferior a 6,0.
Por otra parte, para las importaciones de productos cárnicos de rumiantes domésticos y cerdos procedentes de zonas o
países infectados por el virus de la fiebre aftosa, se recomienda que la carne se someta a un tratamiento que garantice la
destrucción del virus, es decir, que no se puede comercializar carne fresca. En este contexto, la carne fresca abarca todas
las partes comestibles de un animal (aparte de la cabeza, las patas y vísceras) que no han sido sometidas a ningún
tratamiento irreversible que modifique sus características organolépticas o fisicoquímicas. Esto incluye la carne
congelada, refrigerada, picada (molida) y la carne recuperada mecánicamente (deshuesada).
Procedimientos en el matadero y cambi os post mortem
En el marco de este informe, la carne deshuesada proviene de ganado inspeccionado por veterinarios, transportado y
sacrificado según el artículo 8.5.23 del Código Terrestre. Las canales han pasado por un proceso de maduración, a
temperaturas de refrigeración hasta alcanzar el pH final y han sido preparadas mediante cortes para obtener un producto
fresco (no procesado), refrigerado o congelado. Se entiende por producto procesado aquel que ha sido sometido a un
tratamiento de conservación de los alimentos diferente al enfriamiento y la congelación (por ejemplo: curado, cocción,
radiación ionizante, etc.). La carne deshuesada corresponde principalmente al tejido muscular, tras el deshuesado,
incluyendo el tejido graso, el tejido conectivo, los pequeños vasos y nervios, al igual que los tejidos que no se quitaron
durante los procedimientos de sacrificio y preparación. En este informe, conviene incluir una corta descripción de los
procedimientos de sacrificio y preparación correctos y comunes.
El sacrificio abarca el transporte de los animales hasta el matadero, la sujeción e inspección ante mortem sin signos
clínicos de enfermedad en el local de estabulación, el aturdimiento, el sangrado, el descuerado, la evisceración, el corte
en canal, la inspección post mortem con pruebas no macroscópicas de enfermedad, la refrigeración de las canales, la
fabricación (deshuesado final) y el empaquetado. El que estos procedimientos conduzcan a la eliminación de la
infección del virus de la fiebre aftosa tiene un impacto importante en el riesgo de contaminación del producto final.
Dado que la inspección del producto final no revela la manera cómo se han seguido los procedimientos en las etapas
antes y después del sacrificio y en su preparación, son esenciales los esquemas de inocuidad alimentaria y de
aseguramiento de la calidad, que incluyen la trazabilidad y la revisión del proceso (CODEX, 2005; Dagg, et al., 2006;
Caporale et al., 2001; McKean, 2001).
Tras la muerte, la glucólisis anaeróbica se lleva a cabo en el tejido muscular, el glucógeno almacenado se convierte en
piruvato, que luego se reduce a ácido láctico y provoca un descenso del pH, hasta alcanzar un valor de 5,6 a 5,7
(Foegeding, et al., 1996). Puolanne et al. (2002) han calculado que una disminución en el pH de 7,0 a 5,5 (pH final)
requiere la formación de 60 a 80 mmol de ácido láctico por Kg. de tejido muscular, en función del tejido y la especie
animal. Lo anterior tiene un impacto importante en la supervivencia del virus de fiebre aftosa, debido a que el virus se
inactiva en condiciones de acidez y, de igual manera, tiene una influencia muy importante para la seguridad alimentaria
y la calidad del producto final (carne deshuesada). La disminución del adenosín trifosfato es responsable del rigor
mortis (rigidez del músculo) que, normalmente, tarda en aparecer entre 6 y 12 horas en el músculo de bovinos. La
disminución del glucógeno puede darse por varias condiciones de estrés ante morten incluyendo el ejercicio, el ayuno,
las temperaturas frías y calientes y el miedo (Lister, et al. 1981), lo que reduce la acidificación del tejido muscular y