cuenta con un plan de negocio que permitiría la viabilidad de su hipotética fabricación en serie. Todo un reto que
los chicos y chicas de la Escuela encaran con entusiasmo y la ilusión de estar entre los pocos equipos que cada
año logran completar esta competición tan exigente. Un auténtico examen de fin de curso.
El vehículo se someterá a las inspecciones técnicas mientras los estudiantes presentan el diseño y plan de negocio
desarrollado para el proyecto con el desglose de los costes de producción. Los modelos que pasen este corte,
realizarán el sábado por la mañana las pruebas dinámicas de aceleración y skid-pad (hacer ochos). Por la
tarde, los equipos que hayan superado estos test competirán en una vuelta rápida para determinar el orden de
salida del domingo, el día de la gran prueba. Ahí, el monoplaza deberá demostrar su resistencia a lo largo de 22
kilómetros en los que no podrá recibir ningún tipo de asistencia; sólo se permite el cambio de piloto tras haber
recorrido la mitad de la distancia.
El equipo Formula Student Bizkaia cuenta con seis conductores acreditados ya que el reglamento prohíbe que un
mismo conductor realice más de dos pruebas distintas. Todos ellos forman parte del propio equipo técnico que ha
diseñado y construido el vehículo, un monoplaza al que acaban de incorporar un nueva sistema de refrigeración
optimizado adicional con el que poder combatir las altas temperaturas, que en pista de Montmeló pueden
superar los cuarenta grados.
Junto a esa novedad, el monoplaza presenta otra serie de mejoras sobre el modelo con que participó en esta
competición el año pasado. De hecho, el nuevo monoplaza supone el mayor salto tecnológico dado hasta ahora
por Formula Student Bizkaia desde que empezó a competir en la pista barcelonesa en 2011. La más destacada de
estas novedades es el paso de uno a dos motores eléctricos. Las normas de la competición permiten que el
monoplaza alcance una potencia de 80 KW, un máximo posible con un único motor pero al que este año Formula
Student Bizkaia intentará llegar repartiendo el esfuerzo entre dos. Con esta innovación, ha logrado también un
mayor control dinámico del vehículo, que ahora tendrá un motor con tracción a cada una de las ruedas traseras.
Además, el nuevo monoplaza tiene un diferencial electrónico, incorpora un pack de baterías que incrementa la
capacidad de almacenamiento de energía del vehículo en un 30% y, en la tracción, sustituye la correa de
transmisión por un sistema de reductora de tipo epicicloidal, formando un conjunto más compacto y resistente.
Para que la incorporación de estos nuevos elementos no aumente el peso total del vehículo, el equipo ha optado
por reducir el tamaño de los componentes del corner (ruedas, frenos y suspensión) haciendo, por ejemplo, que las
llantas de los neumáticos pasen de 13 a 10 pulgadas. Por último, el chasis monocasco de fibra de carbono contará
este año con un núcleo de aluminio en vez de aramida que ofrecerá una mejor relación resistencia-peso al
conjunto.
El trabajo de todo un curso
En el desarrollo de este nuevo monoplaza, el equipo formado por 50 estudiantes de los cuales el 20% son
mujeres ha compaginado sus respectivos estudios con una media de 20 horas semanales de trabajo en el
taller durante todo el curso, en ocasiones acudiendo a la Escuela los fines de semana. Entre ellos, las tareas se
han repartido formando grupos especializados en los que han convivido estudiantes de distintas especialidades
(sobre todo de los grados en Ingeniería en Tecnología Industrial, en Automática y Electrónica, en Organización
Industrial y en Tecnología de Telecomunicación) y distinto nivel de experiencia, ya que cada año, con el término de
los estudios de algunos de sus integrantes, Formula Student Bizkaia renueva aproximadamente una tercera parte
de su composición. Los estudiantes han estado supervisados por los profesores Charles Pinto, Javier Corral y Mikel
Diez, del Departamento de Ingeniería Mecánica, y Asier Zubizarreta, del Departamento de Ingeniería de Sistemas y
Automática.
El equipo cuenta con un presupuesto de 80.000 euros (casi un 10% más que el año anterior, gracias a la
colaboración de nuevas empresas), cantidad con la que el equipo ha de afrontar la construcción del coche junto con
los gastos derivados de su participación en dos competiciones; la de este fin de semana y la disputada el mes
pasado en el circuito de Silverstone en la prueba de Formula Student UK.