pequeños rumiantes (PPR). La fructífera estrategia implementada para permitir la erradicación de la
peste bovina seguirá siendo un modelo que plasma los esfuerzos continuos de cooperación a largo
plazo y de coordinación a escala mundial, regional y nacional.
Los programas mundiales en curso de elaboración para la erradicación de la peste de los pequeños
rumiantes (PPR) se inspiran de este modelo. La PPR es una enfermedad con consecuencias
devastadoras no sólo para la sanidad de los pequeños rumiantes, sino también para la viabilidad
económica de numerosos establecimientos familiares pobres. Con el fin de poner freno a la
propagación de esta enfermedad presente en la actualidad en gran parte de África, Medio Oriente y
Asia, la OIE determinó que la peste de los pequeños rumiantes sea considerada como una
enfermedad altamente prioritaria para sus trabajos de investigación presentes y futuros. Este año, la
Asamblea mundial adoptó una resolución relativa a su control y estrategia de erradicación en el
mundo. El lanzamiento oficial de esta estrategia, iniciativa conjunta FAO/OIE dentro del programa
GF-TADs
, está previsto para marzo de 2015 durante una conferencia mundial de la Organización.
En paralelo, por primera vez, se reconoció el estatus oficial ‘libre de PPR’ a 48 países. Iniciado hace
tres lustros, este procedimiento de reconocimiento oficial de la OIE del estatus de los Países
Miembros con respecto a algunas enfermedades consideradas prioritarias reviste una importancia
mayor para el control mundial de las enfermedades y la seguridad sanitaria del comercio
internacional de animales y de sus productos derivados. El procedimiento también se aplica a la
encefalopatía espongiforme bovina, la fiebre aftosa, la perineumonía contagiosa bovina (PCB), la
peste equina, la peste porcina clásica y la validación de los programas nacionales oficiales de control
de la fiebre aftosa, PCP y PPR.
Este año, la OIE reafirmó también el compromiso de respaldar los sistemas de pastoreo como
factores de desarrollo, de lucha contra la pobreza y de gestión sostenible de las tierras. Un control
eficaz de las enfermedades infecciosas en estas zonas resulta esencial para reducir los riesgos
sanitarios y garantizar la protección de la población de animales de cría y el seguimiento de las
poblaciones que soportan condiciones de vida extremas, para facilitar el acceso a los mercados
exteriores para los animales y los productos de origen animal, y, por último, para transmitir confianza
a posibles inversores.
Sin embargo, si bien la OIE trabaja en estos programas a largo plazo, también debe brindar a sus
Países Miembros un espacio de debate sobre las amenazas sanitarias más recientes que requieran la
instauración de medidas inmediatas. De esta forma, la Sesión general permitió este año a los Países
Miembros analizar la situación mundial global en la esfera de la sanidad animal, intercambiar
información sobre los recientes focos del síndrome respiratorio de Oriente Medio por coronavirus
(MERS-CoV), de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en Brasil, influenza H7N9 y H5N8 en Asia,
rabia en Taipéi Chino, e incluso de peste porcina africana en Europa del Este. La concertación sobre
los focos de diarrea epidémica porcina (DEP) en algunos países de América y Asia, por su parte,
impulsó a la OIE a constituir un grupo ad hoc de expertos internacionales, con el fin de efectuar un
seguimiento de la evolución de la enfermedad en el mundo y analizar los métodos de control y los
GF-TADs: Plan-marco mundial para la lucha progresiva contra las enfermedades animales
transfronterizas