La incidencia del cáncer vesical se incrementa con la edad, la población de edad
avanzada tiene una probabilidad 3 veces mayor de padecer cáncer vesical con respecto a
otra con edad comprendida entre los 55-59 años y 15 veces mayor que las que se
encuentran en el intervalo de edad de 30-54 años [14].
Existe un incremento de la esperanza de vida y como consecuencia la población de edad
avanzada aumenta progresivamente en los países industrializados. En España de
acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) [15], la población
mayor de 75 años en el año 2001 suponía el 7,4% (3 millones). En Estados Unidos se
calcula que en 2020 el 20% de la población tendrá más de 65 años [16], por lo que la
incidencia del cáncer de vejiga presenta un aumento en los últimos años.
En el momento del diagnóstico, el 70 % de los casos se diagnostica como cáncer vesical
sin infiltración muscular (CVSIM) y el 30 %, como enfermedad con invasión muscular
(CVIM). En pacientes tratados con una cistectomía radical por CVIM, el 57 % tenía
invasión muscular en el momento de presentación, en tanto que el 43 % había sido
diagnosticado inicialmente de CVSIM, que progresó a pesar del tratamiento con
conservación del órgano [17]. Aproximadamente un tercio de los pacientes
diagnosticados de CVIM presenta metástasis no detectadas en el momento del
tratamiento del tumor primario [18], mientras que el 25 % de los que se someten a una
cistectomía radical tiene afectación ganglionar en el momento de la intervención
quirúrgica.
Aproximadamente el 75-85 % de los pacientes con cáncer de vejiga debuta con una
enfermedad limitada a la mucosa (estadio Ta, CIS) o submucosa (estadio T1).
Las altas tasas de recidiva tumoral y las bajas tasas de progresión y mortalidad que
caracterizan a los al CVSIM, hacen que el tumor vesical sea un tumor con una alta
prevalencia.