Wheels of Numbers Spanish 18 July 2024

Telechargé par Rénald Veilleux
Tuvimos un sueño...
Vagando por un jardín secreto
El lenguaje de los dioses
Ruedas de números
Don Omnec Ram
Prefacio o prólogo.
Este libro es la primera parte de un ensayo sobre Números,
Cosmos, Cosmología y Teleología; más precisamente, las Ruedas
de Números ayudan a articular y estructurar el lienzo, la
trama o el entramado Universal de estas construcciones
Cosmológicas y Zodiacales. Pitágoras, Platón, Plutarco,
Virgilio, Wronski, Cornelius Agrippa, Eugène Caslant, Marie-
Louise Herboulet, Charles Henry. Theo Koelliker, Johannes
Kepler, Francis Warrain, Louis Colombelles, Dom Néroman,
Robert Abellio, André Charpentier, Aziz El Amrani Joutey,
David Cochrane y Linda Berry (nuestra distinguida profesora
de Astrología Vibracional) han sido nuestros principales
inspiradores y guías en esta investigación. Para la vía
receptiva nos basamos en la intuición (19). Para la vía lógica,
se utilizó la deducción a través de los razonamientos de
causalidad, identidad, analogía y conveniencia (5). Para todos
estos autores, hemos trabajado respetando el Cuerpo, el Alma
y el Espíritu de los textos o enunciados citados en este libro o
ensayo. Para el cuerpo, hemos trabajado con los textos
originales o las mejores traducciones. Para el alma, hemos
utilizado nuestra intuición. Para el Espíritu, hemos leído,
releído y estudiado el pensamiento del autor para estar lo más
cerca posible de él. El concepto de las Ruedas de los Números
se atribuye a Pitágoras o Platón de forma velada; no fue hasta
Dom Neroman (2), (4), (3), (24), (25), (26) que se dio a conocer de
forma más detallada descripción. La conexión entre las
Ruedas de Números y la Astrología, el Tarot, la Geomancia,
los Cuadrados Mágicos, la Música, la Aritmética y la
Geometría se debe principalmente a la lectura y el estudio de
las Obras de Dom Neroman. Participó en la lectura y el
estudio de las Obras de Dom Neroman, Kepler (22) (traducción
de Francis Warrain (23)) y Platón (21) y se complementó con la
inspiración durante la redacción de este manuscrito. Como nos
dice Dom Néroman, estos hallazgos no son más que algunos
hitos plantados en el primer viaje al jardín secreto de Platón y
Pitágoras. Hay muchas fiestas y senderos por descubrir y
explorar en el Jardín de los Números. Bienvenidos,
exploradores, descubridores y pioneros, <déchiffreurs>. El
jardín está abierto a todos; espero que puedan descifrar sus
hallazgos. La astrología se ha transformado y ha surgido una
nueva rama principal, como el Ave Fénix, el pájaro mágico de
los cuentos de hadas. Esta evolución se ha visto enriquecida
por las aportaciones de muchos colaboradores, entre ellos
David Cochrane, considerado en general el maestro
constructor de esta nueva rama (para más información, visite
www.AstrologyDC.com). Una de sus notables contribuciones es
la serie de guías de Astrología Vibracional (1, 2 y 3). El campo
debe mucho a estos pioneros, que han ayudado a la astrología
a resurgir de las cenizas de su pasado y evolucionar hacia una
disciplina más sofisticada y llena de matices. Gran maestra de
la astrología vibracional, la profesora de astrología
vibracional Linda Berry (AstroSleuth.org). La metodología
científica y estadística y la excepcional y eficaz herramienta
informática, Sirius4: (http://www.astrosoftware.com/), han
permitido avances sin parangón (como el famoso Gato de los
Cuentos de Hadas que se calzó unas botas mágicas que le
permitían dar pasos de siete leguas en una sola zancada) en el
arte y la ciencia de la astrología (27), (28), (29), (30) y (31). En
cuanto a la Tradición Pitagórica, André Charpentier es una
referencia esencial y primordial (32). Además del prefacio,
hay una explicación de la génesis de <Lengua de los Dioses>.
Es innegable que el cambio de punto de referencia, provocado
por Copérnico (38), Tycho Brahe y Galileo, crearon un
torbellino revolucionario sobre la percepción del Universo y
del Cosmos. Copérnico sospechaba la revolución de ideas que
generaría su libro <De revolutioibus orbium Celestium>. Por
ello, esperó hasta su muerte para publicarlo. Copérnico sabía
que su libro sobre la revolución de los planetas y el cambio de
puntos de referencia crearía un gran revuelo y una
revolución de ideas, un cambio de paradigma. Para nosotros,
los modernos, el Sol como punto de referencia es un hecho, un
concepto que se sobreentiende. En la época de Copérnico, esto
distaba mucho de ser así. Hoy en día, las ideas inconcebibles
pueden hacernos parecer soñadores (como es el caso) o, peor
aún, descabellados, o incluso que vivimos en un mundo de
encantadores y cuentos de hadas. Quién iba a pensar que el
lenguaje, la estructura del lenguaje, está modelada sobre la
estructura de las circunvoluciones del cerebro y
probablemente sobre la estructura del Cosmos, visible e
invisible o conocido y desconocido; una gran parte del
Universo o del Cosmos está formada por materia que no
podemos ver con nuestros ojos, pero que los matemáticos
detectan a través de sus cálculos; así que es el cerebro el que
ve, en cierto modo. La morfogénesis lo resume todo; el
crecimiento del embrión subraya esta estructura del lenguaje.
Hoy en día, la idea de vincular los planetas de forma análoga
a los números atómicos de los metales y elementos químicos
parece atrevida, extravagante y e inconcebible a primera
vista para la comunidad científica. Estos mismos elementos
químicos los regeneramos y formamos dentro de los reactores
nucleares que son las estrellas, de ahí la famosa idea de
Hubert Reeves de que somos polvo de estrellas. Los Dioses o
fuerzas Cósmicas son la base del Universo o Cosmos. Los Dioses
se expresan a través de los Números; cada uno tiene un
Número específico o varios; como los Dioses son proteicos
según el Universo en el que se encuentran y se mueven,
cambian de forma. ¿Qué tiene de asombroso asociar el Número
de los elementos químicos a un planeta o a un cuerpo celeste?
Las construcciones cosmoquímicas demostrarán la verdad o no
de asociar el Número atómico de un metal a un cuerpo celeste.
La respuesta a este enigma reside en la parte ondulatoria de
la estructura de la materia. ¿Pueden las vibraciones de un
átomo y las de los cuerpos celestes que se arremolinan en el
espacio-tiempo estar en sincronía o armonía con unas pocas
octavas de diferencia? Dom Néroman inició el movimiento y
atribuyó los siete planetas tradicionales o visibles a los siete
metales de la Tradición.
.
La elección de los nombres de los elementos químicos está
relacionada con el inconsciente colectivo y, por tanto, con la
Mitología. Ceres, la Diosa de la Cosecha y entronizada en
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