RECONOCIMIENTOS
En primer término quiero agradecer a Anna Biller, quien me ayude en la edición e
investigación de este libro, y cuyos lúcidos comentarios y aportes desempeñaron un
papel fundamental en la forma y el contenido de
Las 48 leyes.
Sin ella, nada de esto
habría sido posible.
También tengo que agradecer a mi querido amigo Michiel Schwarz, que ha sido
responsable de relacionarme con la escuela Fabrika, en Italia, donde me presentó a
Joost Elffers, mi socio y productor de
Las 48 leyes del poder.
Fue en el astuto y
maquinador mundo de Fabrika donde Joost y yo comprendimos la atemporalidad de
Maquiavelo y, a partir de nuestras discusiones en Venecia, Italia, nació este libro.
Quiero agradecer a Henri Le Goubin, que me suministró gran cantidad de anécdo-
tas maquiavélicas a lo largo de los arios, sobre todo acerca de numerosos personajes de
la historia francesa, que desempeñan un papel tan importante en este libro.
Además deseo agradecer a Les y Sumiko Biller, quienes me prestaron su biblioteca
sobre historia japonesa y me ayudaron con las partes de este libro en las qué se habla de
la ceremonia del té. En forma similar, debo agradecer a mi buena amiga Elizabeth Yang,
que me asesoró en todo lo relacionado con historia china.
Un libro como éste depende, en gran medida, del material de investigación disponi-
ble, y agradezco muy especialmente a la Research Library de la UCLA, en la que pasé
muchos y muy gratos días recorriendo sus incomparables colecciones.
Mis padres, Laurette y Stanley Greene, merecen un agradecimiento infinito por su
paciencia y apoyo.
Y no debo olvidar el merecido tributo a mi gato, Boris, que me acompañó durante
los interminables días que insumió escribir este libro.
Por último, a todas aquellas personas de mi vida que con tanta habilidad han
utilizado el juego del poder para manipularme, torturarme y causarme dolor a lo largo
de los años, quiero decirles que no guardo rencores y que les agradezco por haberme
inspirado para escribir
Las 48 leyes del poder.
Robert Greene
Además, queremos agradecer a Susan Petersen y Barbara Grossman, los editores de
Penguin, por creer en este libro; a la editora Molly Stern, que supervisó todo el proyecto
para Viking Penguin. A Sophia Murer, por su novedoso diseño clásico. A David
Frankel, por la corrección de los textos. A Roni Axelrod, Barbara Campo, Jaye Zimet,
Joe Eagle, Radha Pancham, Marie Timen, Michael Fragnito y Eng-San Kho.
Robert Greene
Joost Elffers
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