la adherencia a los tratamientos en caso de haberlos, la gestión del estrés o las emociones o
la mejora de la participación social a través de diversas actividades y entrenamientos, entre
otras muchas. Todo ello siempre intentando conservar la dignidad, la confidencialidad y el
respeto al paciente, rodeado de un ambiente saludable y confortable, dentro de sus
costumbres y creencias, intentando que su día a día mejore sin verse alterado
profundamente.
Isabel llegó a este trabajo por una serie de casualidades. Estaba en el departamento de
RRHH del grupo empresarial que integra Ángeles Custodios de Madrid, GRUPO FASER y
quedó libre el puesto de coordinadora, por lo que, junto con su formación sociosanitaria,
pudo tener acceso al mismo. Igualmente, sigue en formación constante para poder aunar
conocimientos y poder mejorar y dar lo mejor de sí misma apoyándose y haciendo uso de
todos los recursos a su alcance.
Isabel, indicáis en vuestra web que: “Mejoramos su calidad de vida”. ¿De
qué manera creéis que esta expresión refleja la visión de la atención
domiciliaria que prestáis actualmente? ¿Cuál es el área de cobertura
geográfica de vuestros servicios?
Mejorar la calidad de vida significa ayudar a las personas desde sus costumbres y sus
rutinas y hacer que puedan seguir realizando su día a día supliendo las acciones que ellos,
por su grado de dependencia, no pueden realizar. Algo tan primordial como el aseo diario
matutino hace que se mantenga la dignidad de la persona, y para muchos de los pacientes
dependientes es una de las tareas que más dificultades tienen para realizar.
La ayuda de un auxiliar es muy importante para mantener la calidad de vida de esta
persona. Desde una atención básica del aseo, hasta la rehabilitación cognitiva o los talleres