las experiencias más indeseables. Y, ¿qué puede ser más parecido a dejar
de consumir y dejar de gozar que el hecho de morirse?
Temor a la muerte e ideología.
En la actualidad, tras el temor a morir se esconde una peligrosa ideología:
aquella ideología tacita e inconsciente y, en la gran mayoría de casos,
parte de ese currículo oculto que los agentes educativos transmiten a las
nuevas generaciones según la cual el ser humano es un ser “natural” que,
como todo lo natural nace, crece, se alimenta se reproduce y muere. O
aplicado al contexto del humano naturalizado: nace, crece, si puede va a
la escuela, se empareja, trabaja que trabaja por la subsistencia propia y la
de su prole, envejece y muere... Alguna diferencia esencial con la vida de
un animal?
Las consecuencias de una visión naturalista del ser humano son
desastrosas. Desarrollando dicha visión resulta que “cualquier cosa es
mejor que morirse”. A partir de dicha visión, los seres humanos llegamos
a traicionarnos a nosotros mismos y a los demás, renunciamos a nuestros
ideales por ser poco útiles a la subsistencia, avasallamos amistades y
pueblos enteros porque “es necesario y vital para nuestra subsistencia”.
Todo ello con tal de mantenernos vivos, con tal de no morir, con tal de
subsistir, así sea en la más cosificante invalidez afectiva o en el más
aberrante sometimiento de la propia voluntad a otros. Los poderosos y los
violentos aprovechan y alimentan el miedo a morir de las personas para
chantajearles, para someterles y explotarles, porque… “Todo lo aguanta
con tal de no morir “.
Quien niega la realidad se somete a sufrir los embates de ella, quien niega
a la muerte como parte de la vida, se condena a ser esclavo del temor a
morir.
Este estado de cosas adquiere magnitud de tragedia psicosocial cuando
la ideología del “cualquier cosa con tal de mantener a mi cuerpo vivo“ es
esgrimida como argumento pretendidamente científico según el cual el así
llamado instinto de conservación es el más fuerte que existe en el ser
humano, y no hay fuerza psicológica que pueda oponérsele (a usted
escuchado a otros decir: “guerras siempre habrá”.?
Como respuesta a este estado de cosas, consideremos la siguiente frase
del psicólogo humanista May Rollo: “la vida adquiere su pleno sentido solo
cuando se abraza una causa por la cual se esté dispuesto a dar la vida
misma”. Hemos de estar alertas a detectar y denunciar aquellos intentos
de naturalizar al ser humano, de pretender que se porte como un animal,
negándole su capacidad estrictamente humana, esencialmente humana,
de trascender sus determinismos instintivos de individuo biológico. El ser
humano es mucho más que un animal racional: El ser humano es