desde muy joven; pronto organizó compañías de aficionados
(la más importante fue la Sociedad del Arte y Literatura,
fundada en 1888), de las que fue animador, director y actor
principal.
En 1898 inauguró, en colaboración con el autor teatral Vladimir
Nemirovich-Danchenko, el Teatro de Arte de Moscú, que tenía
como objetivos la renovación en sentido realista de las técnicas
interpretativas y de la puesta en escena y la restitución a la
labor teatral de su carácter de austera disciplina artística. El
éxito de las obras de Antón Chéjov, Máximo Gorki y otros
escritores contemporáneos, la perfecta eficiencia de la
compañía, la magia de la puesta en escena (que evolucionó de
manera gradual desde el naturalismo hasta un realismo
psicológico, sensible a las enseñanzas del simbolismo) y el
singular talento de Stanislavski como director convirtieron este
teatro en uno de los más importantes de su época.
La breve crisis de los años posteriores a la Revolución se vio
superada tras el éxito de una gira americana, durante la cual
Stanislavski recogió sus experiencias en el libro Mi vida en el
arte (1924). El Teatro del Arte recuperó su papel privilegiado
en la vida cultural. En sus últimos años, Stanislavski se dedicó
sobre todo a la dirección del teatro lírico y al estudio del oficio
de actor. La metodología didáctica que desarrolló (expuesta en
los dos volúmenes de El trabajo del actor sobre sí mismo,
dedicados respectivamente a la psicología y a la técnica de la
interpretación) estaba destinada a suscitar grandes polémicas,
pero sigue siendo punto de referencia indispensable para
cualquier estudioso o intérprete de teatro.
El trabajo del actor sobre sí mismo se presenta en forma de un
diario que el autor finge escrito cada día por un alumno de
escena; el diálogo vivo y agudísimo entre el personaje ficticio
del maestro (Arcadio Nikolaievich) y sus alumnos está
entreverado por episodios y anécdotas apropiadas (el del
crítico en el capítulo sobre la caracterización es, por ejemplo,
uno de los más hermosos). Mientras en la persona del maestro
el autor enuncia sus propias teorías acerca del teatro, en el
alumno se representa indirectamente a sí mismo en los
comienzos de su carrera de actor, de tal manera que el libro,
que es notable incluso literariamente, da un retrato completo y
subyugador de su extraordinaria personalidad. Se comprende,